miércoles, 15 de junio de 2016

DON VICENTE GOMEZ ZARZUELA Y SU MARCHA FUNEBRE VIRGEN DEL VALLE. (1960)


Si no militó en las filas del profesionalismo, la música fue para don Vicente Gómez Zarzuela durante toda su vida el violín de Ingres.
Amala con intima e intensa predilección. Ella fue la válvula de escape de su afición irresistible y acuciante.
Hombre de profundas y arraigas convicciones religiosas, su corazón anidó y cultivo otro amor; la devoción a la Virgen del valle.
La afición musical armonizó y contrapunto esta devoción a la celestial: Patrona de la fervorosa Hermandad.
Cantor por excelencia de la Virgen bajo esta advocación, la inspiración de don Vicente estuvo al servicio de su noble causa. Proclámalo con elocuencia su producción musical. todos sus desvelos se dirigieron a ensalzarla, entregándose en alma y cuerpo al objetivo de sus amores.
Un intento de su juventud con vistas al teatro se esfumó sin ulteriores reincidencias.
La zarzuela "El peregrino", con letra de los hermanos Álvarez Quintero, estrenada en Madrid y representada en Sevilla, se perdió en la polvorosa ruta del olvido.
La brújula del destino le señalaba norte de muy diversa modalidad: la de la música religiosa. Esta y la marcha de la "Virgen del Valle" le granjearon amplia popularidad en el sector filarmónico y cofrade de Sevilla.
La celebrada "Misa", escrita a principios de siglo, y las "Coplas" (poesía de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero) surten el repertorio musical de los solmenes actos del septenario de la Virgen del valle.
Las bellas estrofas de "ese divino dolor, que abraza y nubla tus ojos, aún en tierra de abrojos, deja semilla de amor. Marchistas caigan las flores, y apague su luz el día, que está llorando María" han sido llevadas por el músico al pentagrama con sincera y honda unción religiosa.
La marcha fúnebre, de composición encuadrada en marco de tipo prefijado, obedece a normas y cánones consagrados.
Escapan de estos moldes las marchas fúnebres compuestas con objetivo escénico, poemático o sinfónico, como la grandiosa de "El ocaso de los dioses" de Wagner, y la de la "Sinfonía heroica" de Beethoven. La "Virgen del Valle" de Gómez Zarzuela ha adquirido carta de naturaleza y consagración oficial del pueblo sevillano.
Las masas, incapacitadas para discutir de disquisiciones armónicas, poseen instinto e instrucción para aceptar o rechazar una obra artística.
Varios factores convergen en la popularidad de la marcha en cuestión, unos de orden musical y otros sentimentales.
Estos últimos actúan frecuentemente sobre aquél con irresistible imperio.
No sería aventurado aseverar que la marcha fúnebre de "El ocaso de los dioses" de Wagner, con todo su imponente magnificencia, no obrara en el ánimo de la devora cofradiera el prodigio emocional que obran las sentidas volutas melódicas de "La Virgen del valle" del músico gaditano.
¡Aquella nació para cantar la muerte de esforzado héroe mitológico, que muere en la escena de un teatro,. Esta, para mitigar el dolor de una humilde madre que llora la muerte afrentosa del hijo que vino a redimir a la humanidad.
Ella ha bendecido con celestial ternura las sentidas frases de esta composición, que ha prendido y arraigado en el corazón de los sevillanos.

Fuente: ABC Sevilla - 21 de abril de 1960 - Norberto Almandoz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario