"Un grupo de 200 obreros se
presentó delante del Ayuntamiento en demanda de trabajo. El alcalde les
contestó que le era imposible disponer nada hasta que el ministro de
Agricultura resolviera desde Madrid.
Los obreros se retiraron en actitud
hostil, amenazando con volver mañana en mayor número para obtener trabajo o
socorros.
Fueron dispersados por la fuerza,
después de apoderarse de una cantidad de pan con destino a los cortijos
inmediatos.
Agrávese la situación y se teme que
ocurran desgracias; se ha pedido al gobernador más fuerzas de la Guardia
Civil".
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