domingo, 24 de julio de 2016

LOS RENDENTORES DEL OBRERO: RAFAEL PÉREZ DEL ÁLAMO. (1906)


En abril de 1906 publico Galdós el episodio nacional titulado "La vuelta al mundo en la Numancia", donde se relata la toma de Loja y de Iznajar en julio de 1861 por los hombres que acaudillara el maestro albéitar, D. Rafael Pérez del Álamo.
En aquellos días andaba en la honrosamente compañía del llorado Sr. Buylla y de D. Leopoldo Palacios, en Comisión nombrada por el ministro de Fomento para estudiar la crisis de trabajo determinada por la sequía y proponer por el Sr. Gasset, hombre de buena voluntad, bien intencionado yt digno de recordación.

Los individuos de la Comisión, ya formados los itinerarios acordamos separarnos. D. Leopoldo Palacios marchó al norte y Sr. Buylla y el autor de estas historias hubimos de viajar juntos desde Cádiz hasta Málaga, cruzando la serranía de Ronda. El Sr. Buylla visitaría el litoral de Málaga y Granada.
Jerez, Arcos, Villamartín, Ubrique, Grazalema y Ronda, en diligencias, caballos y hasta mulas, y de Ronda a Málaga en ferrocarril.

En Arcos precisamente vivía y trabajaba con cerca de ochenta años sobre las costillas, el mismísimo don Rafael Pérez del Álamo, Su taller de herrar, con fragua y begonia, estaba precisamente debajo de las ventanas de nuestras habitaciones en la limpísima y atractiva posada que un año antes describiría Azorín en el Imparcial. Rincón embalsamado por las hierbas aromática en que tan prodiga es Arcos de la Frontera, rincón de égloga. A nuestro olfato llegaba el agrio hedor de la hulla; a nuestros oídos, el incansable y alegre tin tan de machos o martillos golpeando sobre la herradura o el clavo puesto en la bigornia, y estas sensaciones aumentaban, con un dejo industrial, la placidez, la serenidad, la belleza de aquella tarde de abril.

En la tarde siguiente, el taller del herrador, casi extinga la lumbre de la fragua, sentados en sillas bajas o en taburetes de madera, charlamos el ilustre de veras, el cordialísimo y sencillo don Adolfo Álvarez Buylla, profesor de Economía Política y jefe de sección del Instituto de Reformas Sociales: D. Rafael Pérez del Álamo, caudillo de muchedumbres armadas, y este humilde cajista de imprenta. ¡Tarde inolvidable!.

Teníamos que reunirnos el señor Buylla y yo en Cádiz para emprender la trabajosa caminata; compré en Sevilla el mentado episodio, y antes de llegar a Jerez había pasado la narración de las hazañas de Pérez del Álamo, suspendiendo la lectura con una señal.
Aun que eso lo conoce don Adolfo -me dije-, le agradará leerlo.
Lo conocía; lo conocíamos, incluso por el libro del Sr. Zancada "El obrero en España" y hablamos durante el viaje -Cádiz a Jerez, Jerez a Arcos- de la prehistoria del movimiento obrero en España.
(La historia de las reformas sociales en España fue el tema que sirvió al ilustre Sr. Buylla para su discurso de entrada en la Academia de Ciencias Morales y Políticas.)
Hablamos, y como nadie nos mete prisa, no estorbará, ni mucho menos, que el relato de lo dicho y oído en el taller del albéitar aquella tarde de abril de 1906 quede para otro día.
Ello es que, salvo en Cataluña -mas concretamente, en Barcelona-, no hay en España organización obrera de clase hasta la Internacional, y que los movimientos agrarios o cosa así, son esporádicos, inorgánicos, instintivos así los sesudos historiadores los califiquen de anárquico socialistas.

Hay saqueos y aún incendios de fábricas de harinas en Castilla y en Zaragoza; mueve a los que los realizan el odio a los monopolistas que prestan con barbará usura, que aprovechan los agobios del labrador para comprar a precios viles, y que luego producen una escasez artificial para que el grano que guardan se coticen a precios altísimos, con lo que encarece también el pan de un modo extraordinario.

Esta es el hecho real. Así los campanudos y vacuos historiadores que, sin más, atribuyen los motines e influjo de doctrinas que, por desgracia, no existian entre nosotros, es un piro disparate.

Otra cara tienen el alzamiento en 1857 de braceros en la comarca de Morón, quizá la intentona de Sixto Cámara en Extremadura el año 1859 y la rebelión de Pérez del Álamo.

Más tampoco en ninguno de estos tres casos puede hablarse de influencias o influjos anárquico socialistas,
Lo único socialista en España antes de la Internacional fue el núcleo de lectores que hacia 1847 pudo reunir Narciso Monturiol para su periódico publicado en Barcelona con el título de "El padre de Familia".

Mas perseguido el periódico y su director y editor por Narváez en 1848, aquél -el glorioso precursor de la navegación submarina- emigró a Marsella, y el pobre semanario desapareció. De toda aquella campaña en favor de las teóricas de Cabet, sólo quedó que dos de los adeptos de Barcelona marcharon a los Estados Unidos para trabajar en la colonia comunista Nueva Icaria. Llamábamos Montaldo y Rovira, y alguno de ellos fue amigo de Francisco Mora.
Pero este movimiento -si lo fue- pasó como un relámpago, "El padre de familia" tuvo corto número de lectores, y aún -y salvo en Barcelona- derramados acá y acula en grandes poblaciones.

De venta de bienes de propios, o dígase comunales, no había, en rigor, ocasionado sino males al bracero, que si antes podía trabajar en lo que era de todos, a veces hasta cultivando una suertecilla de tierra, después no.
¡Y en muchos casos las tierras habían sido compradas paras dejarlas baldías!
El año 1841, al partido democrático público su programa, y en él -aparte la instauración de la Republica y de otras reformas esenciales- constaba ésta: "Reparto entre los jornaleros de tierras del Estado".
Hay motivos para pensar que con el alzamiento de los braceros de la comarca de Morón -aparte motivos inmediatos, que desconocemos- se quería realizar el programa democrático, y es indudable que Sixto Cámara y sus hombres se levantaron en armas por la democracia.
Los campesinos revelados en 1857 iban acaudillados por dos hombres, llamados Cave y Gallave. Estuvieron en Arahal y en Posadas; quisieron caer sobre Morón, y tuvieron que huir por la Sierra de Algodonales, para ser batidos en Benaocaz.
Mandaba Narváez, que fue durísimo en el castigo; más de cien hombres fueron fusilados.
En alguna parte hemos leído que en este movimiento estuvo Sixto Cámara.
La intentona de Sixto Cámara tuvo también un final trágico. Su caudillo murió de cansancio y de sed cuando huía a Portugal; su secretario, Sr. Moreno Ruiz, y otro rebelado, fueron presos y fusilados en Badajoz.
Y después vino el levantamiento de Pérez del Álamo, aunque ya con otro hombre en el Poder, el General O´Donnell, verdes aún en sus sienes los laureles de la campaña de Marruecos y bien afianzado en la presidencia del Gobierno...
Habíamos realizado nuestra misión en Arcos, bien atendidos y agasajados del maestro de obras y secretario del Ayuntamiento, de un señor notario competentísimo en materiales de erudición y arqueología, del registrador de la Propiedad y del Subdelegado de Medicina, sobrino del Ilustre señor Beñot, y nos proponíamos salir para Villamartín al día siguiente, a primera hora de la tarde. Y contábamos aburrimos un tanto, presas de la impaciencia.
Mas alguno de aquellos buenos señores, que había leído el libro de Galdós, recordando, sin duda, que a la sazón era yo redactor del Heraldo, nos hizo saber que el hombre alto, seco y a sarmentado que trabajan debajo de nuestras habitaciones era Rafael Pérez del Álamo.
Y nos presentó a él y charlamos. Yo conté algo en el Heraldo; aquí lo repetiré ampliándolo.
El lector m perdonara; el lector, que recordará también que Ezequiel Enderiz habló del héroe valeroso y bueno desde estas mismas columnas.

J.J. MORATO





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