Según
se desprende del Inventario de Santa María, allá por el siglo XVIII debió de
funcionar con bastante auge, observándose, incluso todavía, los orificios de
sujeción al paso en su peana y los agujeros en el pecho y aún restos de
puntillas clavadas para la sujeción de las joyas, en sus desfiles
procesionales.
Sus
hermanos debieron encargarse de la conservación y restauración de la imagen y
altar del Titular. Don Juan José Carrera del Castillo, presbítero diputado de la
Cofradía de San José de Santa María, había de pagar a Francisco y José Morales,
vecinos de Jerez, 5.000 reales de vellón por el dorado del retablo con ordo de
la mejor calidad y color de la Fábrica de Sevilla y las flores que le
pertenecían se habían de pintar sobre dicho dorado.
Fuente: Inventario de
la Parroquia de Santa María (1980).
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