Se dice que cuando Don Antonio Piña
García, Presbítero y gran amante de las Nieves, cantó su primera Misa en Arcos,
estando montado el dosel, resultando estrecha la plataforma a su pie para
tantos acompañantes, se le amplió a su cesta, con una prolongación y su
escalinata, cuya balaustrada se cipio del bastidor del dosel. Ahora con la
nueva liturgia y la Misa cara al pueblo, sobre una mesa bajo, al pie del
presbiterio, se ha vuelto a suprimir esta prolongación por innecesaria e
incluso entorpecer a aquellos.
Por la tarde, se le colocaba al pie
de la Capilla Mayor, en Besamanos ante el que desfilaban innumerables fieles.
El paso o andas sobre el que sale en Procesión es de "caídas", con cargaderos debajo. Luce en sus laterales,
labradas, las clásicas y marianas ánforas con azucenas, que tanto abundan en
Santa María, y en su frontal, el escudo de la Merced, recuerdo de los muchos
años que estuvo al cuidado de los P.P. Mercedarios. El paso es bonito y elegante, pero su estilo
es frio como de finales o principios de siglo, de líneas sencillas con pobre
labor barroca degenerando. Lo regalo Don José Velázquez-Gastelu Zapata.
recientemente ha sido restaurado y dorado a cargo de Doña María Pepa Maruri
Piña.
Le acompañan en la Procesión,
representaciones de las Hermandades de Gloria y Penitencia de todo el pueblo,
con sus estandartes, aunque ya estos no suelen acudir en estos últimos años, y
sí las varas o pértigas, como aquí las llamamos. Acude también el clero de las
diversas parroquias y muchos sacerdotes que han estado antes en el pueblo,
principalmente en Santa María. Si hay algún hijo del pueblo que sea sacerdote
es invitado expresamente por el Sr. Cura Párroco y en caso de invitar a algún
obispo lo hace la Hermandad. Acuden también el Ayuntamiento bajo mazas cumpliendo
aquel viejo voto que se hizo cuando todavía estaba allí abajo junto a la Mina
en abril de 1.640 y como es natural, gran masa de fieles, en la que el pueblo
suele asistir más bien como espectadores, aunque este acompañe cada vez más,
especialmente mujeres. Y los que no suelen faltar son los muchos arcenses
ausentes, que en estos días acuden a la llamada de su Patrona, y que por el
número destaca ostensiblemente entre los fieles acompañantes, enviando los que
no pueden asistir, su limosna.
La Virgen de las Nieves sale
también acompañando al santísimo en el Corpus, y en caso de rogativas y de
grandes misiones, en que suele trasladarla a alguna otra Iglesia.
Estos últimos años nos han visitad
en este día de la Patrona, los Sres. Obispos Monseñor Cirarda Lachiendo, que
nos regaló el corazón con un coronita semblanza; dijo que Arcos era un inmenso "paso" que llevaba a la
Santísima Virgen de las Nieves a hombros de sus hijos, cual costaleros llenos
de fervor y de fe, incansables en esta noble y cristiana misión. Monseñor
Montero y Monseñor Del Val Ga, y como es natural y obligado, y de todos los
años, desde que fuera consagrado Obispo en esta iglesia donde fue
bautizado, nuestro paisano Monseñor Don
Rafael Bellido Caro.
Como vemos, la actuación de la
Hermandad desde su fundación, es manifiestamente positivo, trabajando y
entregándose con entusiasmo a cuanto redundan en beneficio de las Nieves, a
quién siempre demostraron un sincero amor. En los últimos años hemos visto unas
oscilaciones muy curiosas en cuando a la devoción de la Virgen se refiere; no
hay duda que a partir de la guerra civil, el espíritu cristiano del pueblo
crece tras de las vicisitudes propias de la contienda, que exacerba el fervor
religioso y hay un constante aumento de asistencia a los cultos de la Patrona
que pronto auguran un autentico apogeo.
Pero no hay duda de que Arcos no ha
quedado ajeno a los nuevos aires y costumbres que la actual vida va imprimiendo
en el ánimo de todos; la moderna psicología y forma de ver las cosas, las
nuevas modas, comodidades y atracciones que el desarrollo va imponiendo, lo van
alhajando de la intimidad religioso. Indiscutiblemente influyó bastante las
nuevas normas y orientaciones de la Iglesia tras del Concilio Vaticano II, que
tanto han desorientado al pueblo cristiano.
Todo ha contribuido a que estos
últimos años, un poco desorientadores, hayan alejado a un sector de fieles,
aunque indiscutiblemente hayan afianzados a otros. Pero pasada la crisis, y
tras el zarandeo de lo novedoso, de la confusión del choque con lo nuevo, los
ánimos más calmados, se van encausando, y quizás con más ahincó, mayor fe y
devoción, y acaso más despejada del adorno externo, con más firme e íntima. Y
por eso, en los últimos años se ha visto un auténtico "in crescendo" en
la asistencia y devoción, aumentando extraordinariamente el número de
caballeros, y lo que es más importante y más digno de apreciar, se va viendo el
desfile procesional, al que se va incrementando años tras años jóvenes de uno y
otro sexo que antes eran completamente ajenos a todo esto.
La vieja Junta, indiscutiblemente,
hizo un magnífico trabajo y extraordinaria labor de positivos resultados,
manteniendo y conservando la fe y aumentando, quiérase o no, la devoción a las
Nieves, y sobre todo, consiguió no se perdiese y siguiera viva y candente, y no
pasase, como en otras hermandades, al olvido. Si no hubiera sido por ellos que
llevaban en su corazón, su amor a la Virgen, porque así la viviera desde niños,
¿no estaría ahora las Nieves, como el
Rosario y otras, en el baúl de los recuerdos?.
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