jueves, 4 de agosto de 2016

Hermandad Nuestra Señora de las Nieves - 4ª Parte:


Se dice que cuando Don Antonio Piña García, Presbítero y gran amante de las Nieves, cantó su primera Misa en Arcos, estando montado el dosel, resultando estrecha la plataforma a su pie para tantos acompañantes, se le amplió a su cesta, con una prolongación y su escalinata, cuya balaustrada se cipio del bastidor del dosel. Ahora con la nueva liturgia y la Misa cara al pueblo, sobre una mesa bajo, al pie del presbiterio, se ha vuelto a suprimir esta prolongación por innecesaria e incluso entorpecer a aquellos.
Por la tarde, se le colocaba al pie de la Capilla Mayor, en Besamanos ante el que desfilaban innumerables fieles. El paso o andas sobre el que sale en Procesión es de "caídas", con cargaderos debajo. Luce en sus laterales, labradas, las clásicas y marianas ánforas con azucenas, que tanto abundan en Santa María, y en su frontal, el escudo de la Merced, recuerdo de los muchos años que estuvo al cuidado de los P.P. Mercedarios.  El paso es bonito y elegante, pero su estilo es frio como de finales o principios de siglo, de líneas sencillas con pobre labor barroca degenerando. Lo regalo Don José Velázquez-Gastelu Zapata. recientemente ha sido restaurado y dorado a cargo de Doña María Pepa Maruri Piña.
Le acompañan en la Procesión, representaciones de las Hermandades de Gloria y Penitencia de todo el pueblo, con sus estandartes, aunque ya estos no suelen acudir en estos últimos años, y sí las varas o pértigas, como aquí las llamamos. Acude también el clero de las diversas parroquias y muchos sacerdotes que han estado antes en el pueblo, principalmente en Santa María. Si hay algún hijo del pueblo que sea sacerdote es invitado expresamente por el Sr. Cura Párroco y en caso de invitar a algún obispo lo hace la Hermandad. Acuden también el Ayuntamiento bajo mazas cumpliendo aquel viejo voto que se hizo cuando todavía estaba allí abajo junto a la Mina en abril de 1.640 y como es natural, gran masa de fieles, en la que el pueblo suele asistir más bien como espectadores, aunque este acompañe cada vez más, especialmente mujeres. Y los que no suelen faltar son los muchos arcenses ausentes, que en estos días acuden a la llamada de su Patrona, y que por el número destaca ostensiblemente entre los fieles acompañantes, enviando los que no pueden asistir, su limosna.
La Virgen de las Nieves sale también acompañando al santísimo en el Corpus, y en caso de rogativas y de grandes misiones, en que suele trasladarla a alguna otra Iglesia.
Estos últimos años nos han visitad en este día de la Patrona, los Sres. Obispos Monseñor Cirarda Lachiendo, que nos regaló el corazón con un coronita semblanza; dijo que Arcos era un inmenso "paso" que llevaba a la Santísima Virgen de las Nieves a hombros de sus hijos, cual costaleros llenos de fervor y de fe, incansables en esta noble y cristiana misión. Monseñor Montero y Monseñor Del Val Ga, y como es natural y obligado, y de todos los años, desde que fuera consagrado Obispo en esta iglesia donde fue bautizado,  nuestro paisano Monseñor Don Rafael Bellido Caro.
Como vemos, la actuación de la Hermandad desde su fundación, es manifiestamente positivo, trabajando y entregándose con entusiasmo a cuanto redundan en beneficio de las Nieves, a quién siempre demostraron un sincero amor. En los últimos años hemos visto unas oscilaciones muy curiosas en cuando a la devoción de la Virgen se refiere; no hay duda que a partir de la guerra civil, el espíritu cristiano del pueblo crece tras de las vicisitudes propias de la contienda, que exacerba el fervor religioso y hay un constante aumento de asistencia a los cultos de la Patrona que pronto auguran un autentico apogeo.
Pero no hay duda de que Arcos no ha quedado ajeno a los nuevos aires y costumbres que la actual vida va imprimiendo en el ánimo de todos; la moderna psicología y forma de ver las cosas, las nuevas modas, comodidades y atracciones que el desarrollo va imponiendo, lo van alhajando de la intimidad religioso. Indiscutiblemente influyó bastante las nuevas normas y orientaciones de la Iglesia tras del Concilio Vaticano II, que tanto han desorientado al pueblo cristiano.
Todo ha contribuido a que estos últimos años, un poco desorientadores, hayan alejado a un sector de fieles, aunque indiscutiblemente hayan afianzados a otros. Pero pasada la crisis, y tras el zarandeo de lo novedoso, de la confusión del choque con lo nuevo, los ánimos más calmados, se van encausando, y quizás con más ahincó, mayor fe y devoción, y acaso más despejada del adorno externo, con más firme e íntima. Y por eso, en los últimos años se ha visto un auténtico "in crescendo" en la asistencia y devoción, aumentando extraordinariamente el número de caballeros, y lo que es más importante y más digno de apreciar, se va viendo el desfile procesional, al que se va incrementando años tras años jóvenes de uno y otro sexo que antes eran completamente ajenos a todo esto.

La vieja Junta, indiscutiblemente, hizo un magnífico trabajo y extraordinaria labor de positivos resultados, manteniendo y conservando la fe y aumentando, quiérase o no, la devoción a las Nieves, y sobre todo, consiguió no se perdiese y siguiera viva y candente, y no pasase, como en otras hermandades, al olvido. Si no hubiera sido por ellos que llevaban en su corazón, su amor a la Virgen, porque así la viviera desde niños, ¿no estaría ahora las Nieves, como el Rosario y otras, en el baúl de los recuerdos?.

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