En
tiempos de don Antonio Gómez Villalobos dejó de montarse el Monumento que
estaba francamente estropeado y era peligroso por el mal estado de sus maderas.
Sin embargo en los años 1955, 56, 57, 58 y 59 se reanudaron la costumbre de
montarlo, haciendo una ligera restauración, lavándolo la cara con un poco de
pintura y suprimiendo el tercer cuerpo que por su altura topada con las bóvedas
a las que se sujetaba. El Prioste el Alcalde de Arcos, D. Francisco J. de las
Cuevas Amado, apoyado por la hermandad y el sentir del pueblo hubo de vencer la
resistencia del párroco, que temía por su peligrosidad y trabajo, y
entorpecimiento que suponía la iglesia, para disfrutarlo solo unas horas. Pero
al fin se montó, para despedirse de el definitivamente, pues nunca más se
volvió a montar, destruyéndose los restos que de él quedaban en el almacén.
Como
antaño la hermandad pagó la cera del lateral que daba a la nave del Evangelio
Ya
en 1965 no se hace la suscripción popular callejera, pues al hacerse unas
grandes misiones en el pueblo, se cargan en sus gastos las limosnas a los
impedidos, por haber formado parte sui procesión de los actos de aquellas.
En
1966 tampoco se salió a pedir, produciéndose un déficit en la Hermandad que
hubo de cubrirse entre los señores de la Junta.
Ya
en 1970 deja de hacerse definitivamente la recaudación por las calles de la
feligresía por haberse organizado Caritas Parroquial que ya atiende debidamente
las necesidades de los pobres, manteniéndose la Hermandad en precaria situación
al no percibir más que las cuotas de sus hermanos.
Los
setenta hermanos que había en 1955 suben y bajan, sumando cincuenta y ocho en
1978 en que se hace cargo de ella una nueva Junta de Gobierno.
Esta
fue perdiendo poco a poco sus elementos al dimitir primero don José Mª Velázquez
y más tarde ir abandonándola, por sus muchas ocupaciones otros y el
fallecimiento de don Emilio Arroyal Cañas, al que se le echo muy en falta, pues
tenía un gran carácter, simpático, abierto y al mismo tiempo un poco osado, que
abría todas las puertas.
Las
cuotas de 12 pesetas anuales en 1955, fueron subiendo hasta 150 en 1970.
Según
consta en acta del 6 de junio de 1966 llevaron a Sevilla don Miguel Sánchez, don
Emilio Arroyal Cañas y don Manuel Delgado Díaz, con el párroco don Antonio
Rollán el viril bueno que posee la iglesia, a los talleres de don Fernando
Marmolejo Carmargo que le hizo unos arreglos en el día, costando 1500 pesetas.
En
1955 se repaso y traspasó el bordado del palio a un nuevo raso con 4500 pesetas
de presupuesto, mediante una suscripción que capitaneó doña María Pepa Maruri
Piña.
En
1964, se hacen dos nuevos faroles de mano, de los llamados de Rosario, que
siempre escoltan al Santísimo, tanto dentro como fuera del templo, a razón de
1000 pesetas cada uno en los talleres de Manuel García Curado de la calle
Trajano de Sevilla. La Hermandad viene encargándose desde los años 1952 de
pagar los cargadores del paso de la Custodia en el Corpus Christi y suele
acompañarse a su cargo de alguna Banda de Cornetas y Tambores en la Procesión de
Impedidos, según las disposiciones del pueblo.
En
1978 los tres únicos componentes que quedaban en la Junta: don Francisco de las
Cuevas, don Víctor Marín y don Calixto García de Soria, le platearon al párroco
don Juan Candil Ríos, la conveniencia de no demorar más la renovación y
proceder a una reorganización en serio de la Hermandad, pues llevaba desde 1955
oficialmente y desde el 46 en la práctica. O sea treinta y dos años, lo que
unido a las normas dadas por el Secretariado de Hermanadas de la Vicaria del
Arzobispado, obligando precisamente al cambio y rejuvenecimiento de las Juntas,
con renovación de Estatutos que deberían adaptarse a las nuevas normas dadas
por aquel, que hizo que se procediese a un rotundo cambio en personal y
actuación.
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