viernes, 27 de mayo de 2016

Hermandad Sacramental – III Parte - Siglo XX. – Transición.


En tiempos de don Antonio Gómez Villalobos dejó de montarse el Monumento que estaba francamente estropeado y era peligroso por el mal estado de sus maderas. Sin embargo en los años 1955, 56, 57, 58 y 59 se reanudaron la costumbre de montarlo, haciendo una ligera restauración, lavándolo la cara con un poco de pintura y suprimiendo el tercer cuerpo que por su altura topada con las bóvedas a las que se sujetaba. El Prioste el Alcalde de Arcos, D. Francisco J. de las Cuevas Amado, apoyado por la hermandad y el sentir del pueblo hubo de vencer la resistencia del párroco, que temía por su peligrosidad y trabajo, y entorpecimiento que suponía la iglesia, para disfrutarlo solo unas horas. Pero al fin se montó, para despedirse de el definitivamente, pues nunca más se volvió a montar, destruyéndose los restos que de él quedaban en el almacén.
Como antaño la hermandad pagó la cera del lateral que daba a la nave del Evangelio
Ya en 1965 no se hace la suscripción popular callejera, pues al hacerse unas grandes misiones en el pueblo, se cargan en sus gastos las limosnas a los impedidos, por haber formado parte sui procesión de los actos de aquellas.
En 1966 tampoco se salió a pedir, produciéndose un déficit en la Hermandad que hubo de cubrirse entre los señores de la Junta.
Ya en 1970 deja de hacerse definitivamente la recaudación por las calles de la feligresía por haberse organizado Caritas Parroquial que ya atiende debidamente las necesidades de los pobres, manteniéndose la Hermandad en precaria situación al no percibir más que las cuotas de sus hermanos.
Los setenta hermanos que había en 1955 suben y bajan, sumando cincuenta y ocho en 1978 en que se hace cargo de ella una nueva Junta de Gobierno.
Esta fue perdiendo poco a poco sus elementos al dimitir primero don José Mª Velázquez y más tarde ir abandonándola, por sus muchas ocupaciones otros y el fallecimiento de don Emilio Arroyal Cañas, al que se le echo muy en falta, pues tenía un gran carácter, simpático, abierto y al mismo tiempo un poco osado, que abría todas las puertas.
Las cuotas de 12 pesetas anuales en 1955, fueron subiendo hasta 150 en 1970.
Según consta en acta del 6 de junio de 1966 llevaron a Sevilla don Miguel Sánchez, don Emilio Arroyal Cañas y don Manuel Delgado Díaz, con el párroco don Antonio Rollán el viril bueno que posee la iglesia, a los talleres de don Fernando Marmolejo Carmargo que le hizo unos arreglos en el día, costando 1500 pesetas.
En 1955 se repaso y traspasó el bordado del palio a un nuevo raso con 4500 pesetas de presupuesto, mediante una suscripción que capitaneó doña María Pepa Maruri Piña.
En 1964, se hacen dos nuevos faroles de mano, de los llamados de Rosario, que siempre escoltan al Santísimo, tanto dentro como fuera del templo, a razón de 1000 pesetas cada uno en los talleres de Manuel García Curado de la calle Trajano de Sevilla. La Hermandad viene encargándose desde los años 1952 de pagar los cargadores del paso de la Custodia en el Corpus Christi y suele acompañarse a su cargo de alguna Banda de Cornetas y Tambores en la Procesión de Impedidos, según las disposiciones del pueblo.
En 1978 los tres únicos componentes que quedaban en la Junta: don Francisco de las Cuevas, don Víctor Marín y don Calixto García de Soria, le platearon al párroco don Juan Candil Ríos, la conveniencia de no demorar más la renovación y proceder a una reorganización en serio de la Hermandad, pues llevaba desde 1955 oficialmente y desde el 46 en la práctica. O sea treinta y dos años, lo que unido a las normas dadas por el Secretariado de Hermanadas de la Vicaria del Arzobispado, obligando precisamente al cambio y rejuvenecimiento de las Juntas, con renovación de Estatutos que deberían adaptarse a las nuevas normas dadas por aquel, que hizo que se procediese a un rotundo cambio en personal y actuación.


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